En los últimos «buenos días» nos propusimos rezar y revivir el sentido profundo de los signos que Jesús realizó previamente a su Pascua: Su entrada triunfal a Jerusalén aclamado con palmas y olivos, a partir de la cual estamos invitados a dejar entrar a Jesús como Señor en nuestras vida; el partir y compartir el pan como invitación a darnos a los demás y el lavatorio de los pies y el signo de la Cruz como invitación a vivir el servicio cotidiano a los demás y descubrir el servicio definitivo realizado por Jesús en su entrega en la Cruz.
Preparándonos para la Pascua
